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El reciente cambio político en la fiscalía de Los Ángeles tras la derrota electoral de George Gascón frente a Nathan Hochman alteró el panorama para casos penales mediáticos como el de Erik y Lyle
La reciente derrota de George Gascón en las elecciones para fiscal de distrito de Los Ángeles marca un punto de inflexión en la dirección de la oficina de la fiscalía. El funcionario, quien fue ampliamente criticado por sus rivales, debido a su enfoque progresista en el sistema de justicia penal, perdió frente a Nathan Hochman, un exfiscal federal que capturó el 61% de los votos. Gascón había enfocado buena parte de su campaña en reformar políticas penales para reducir sentencias, una posición que encontró eco en el caso de los hermanos Lyle y Erik Menéndez, condenados a cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989.
En los últimos días de su administración, Gascón impulsó la reevaluación de su sentencia para una posible reducción, una medida que buscaba dar a los hermanos la posibilidad de una audiencia de libertad condicional. Con su salida, la decisión recae ahora en Hochman, quien se comprometió a evaluar minuciosamente el caso antes de tomar cualquier decisión.
Con su victoria en las elecciones, Hochman tomará posesión del cargo de fiscal de distrito de Los Ángeles el 2 de diciembre, fecha crucial para el caso de los hermanos Menéndez, ya que su próxima audiencia está programada para el 11 del mismo mes. A diferencia de Gascón, el funcionario electo se presentó como un defensor de la “justicia proporcional”, prometiendo revisar cada caso con rigor antes de tomar una decisión definitiva.
En sus primeras declaraciones sobre el caso Menéndez, Hochman aclaró que no asumirá ninguna postura hasta que haya tenido la oportunidad de examinar en profundidad los archivos confidenciales de la prisión, las transcripciones de los juicios y las opiniones de todas las partes involucradas, incluidos los fiscales, los familiares de las víctimas y la defensa de los hermanos.
La postura de Hochman contrasta con la de Gascón, quien en sus últimos días como fiscal trató de agilizar el proceso para reducir la sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional de los Menéndez, basándose en una nueva ley de California que permite a los fiscales recomendar nuevas sentencias para casos antiguos.
El enfoque del nuevo fiscal en el cargo de fiscal de distrito se centra en lo que él denomina la “justicia proporcional”, un concepto que ha planteado como una alternativa a las políticas de reforma de sentencias defendidas por George Gascón. Desde su campaña, Hochman insistió en la importancia de evaluar cada caso de forma individual, tomando en cuenta no solo el historial del acusado, sino también el impacto del crimen en las víctimas y en la sociedad en general.
Su equipo aseguró que el nuevo fiscal revisará cada detalle de este caso mediático con imparcialidad, asegurando a la vez que los derechos de las víctimas sean respetados y que se mantenga la integridad de la justicia. Para los defensores de los Menéndez, esta postura cautelosa y centrada en la justicia proporcional podría significar una oportunidad de reconsideración.
En última instancia, la posibilidad de liberación de Lyle y Erik Menéndez podría depender del gobernador de California, Gavin Newsom. Aunque la recomendación del fiscal de distrito y la decisión de la corte son pasos cruciales, Newsom posee la autoridad final sobre los casos de clemencia en el estado. Esto significa que, incluso si el juez o el fiscal respaldan una revisión de la sentencia, el gobernador tendría la última palabra para aprobar la liberación de los hermanos.
La solicitud de clemencia de los Menéndez se basa en el argumento de rehabilitación y buen comportamiento durante sus casi 35 años en prisión, un aspecto que sus defensores esperan que el gobernador considere como muestra de cambio positivo.
La reciente postura de Newsom en favor de algunas reformas judiciales genera expectativas entre los partidarios de la liberación de los hermanos, quienes ven en el gobernador una posible vía hacia su libertad. Sin embargo, el funcionario también enfrenta presiones políticas y sociales, ya que este caso se ha convertido en un símbolo de la justicia para muchos en California.
Lyle se casó en 2003 con Rebecca Sneed, una editora de revistas, en una ceremonia realizada en prisión. Erik Menéndez, por su parte, se casó en 1999 con Tammi Saccoman, quien ha declarado públicamente su apoyo incondicional a su esposo, afirmando que su relación es sólida a pesar de la condena. Estas relaciones han sido objeto de interés, en parte debido a las circunstancias inusuales en que se han desarrollado.
En 1989, cuando ocurrió el asesinato de sus padres José y Kitty Menéndez, Lyle y Erik Menéndez tenían 21 y 18 años, respectivamente. Ambos fueron posteriormente arrestados y condenados en 1996 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, luego de ser declarados culpables del doble homicidio en un caso que atrajo amplia atención mediática.
Escrito por E-GRUPOCLAN
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