Jannik Sinner tuvo un año maravilloso. En materia deportiva, el tenista italiano no solo se afirmó como el mejor del mundo, sino que además ganó los torneos más importantes del circuito, entre los que se incluyen el Abiero de Australia, el US Open y el Masters de París, en donde se enfrentó con los ocho rivales mejor rankeados.
Sin embargo, hay un problema que lo preocupa: todavía no está definida su sanción por el doping que dio positivo en marzo de este año y eso aún le ronda en la cabeza y no lo deja en paz.
“Claro que ronda un poco por mi cabeza. A veces la vida está hecha de dificultades y solo hay que afrontarlas”, dijo en rueda de prensa, tras ganar la Copa Davis con Italia, por segundo año consecutivo.
Inicialmente, el tenista fue declarado inocente por la Agencia Internacional por la Integridad del tenis, pero la AMA presentó un recurso ante el Tribunal Arbitral del Deporte, cuya decisión se espera en las próximas semanas.
Sinner dio positivo en dos controles realizados en marzo de 2024, con ocho días de intervalo, en los que se encontraron cantidades ínfimas de clostebol, un anabolizante, presente en su orina.
La Agencia Internacional por la Integridad del Tenis aceptó su explicación: según el tenista había sufrido una contaminación accidental debido a un spray utilizado por un miembro de su equipo.
“Lo más importante es que todas las personas a mi alrededor que me conocen como ser humano me crean”, indicó.
El italiano lleva un total de 20 semanas consecutivas siendo el mejor jugador del mundo y con una diferencia abismal en cuanto a puntos: 11830 unidades contra 7915 de su inmediato perseguir, Alexander Zverev y 7010 de su máximo rival, Carlos Alcaraz. Muy lejos quedó Novak Djokovic, quien terminó el año en el séptimo puesto con 3910 puntos.