Entre la dirigencia de Boca siempre sobrevuelan dos ideas, que también son dos analogías para medir el poder que tiene el club en la Argentina: que es la provincia número 25 de la Argentina, y que maneja un presupuesto superior al de la mayoría de los ministerios nacionales. Ahora también se le podría sumar otra: es, incluso desde antes que asumiera como presidente, uno de los espacios más opositores a Javier Milei.
El presidente apoyó y votó a la fórmula Andrés Ibarra-Mauricio Macri en las intrincadas elecciones de diciembre, y ahora observa como la gestión de Juan Román Riquelme le devuelve su decisión en forma de discursos y actos públicos, todos contrarios a los lineamientos de la Casa Rosada.
En estos días, el club xeneize levantó, en el salón Filiberto de la Bombonera, las banderas de Memoria, Verdad y Justicia que el Gobierno rechaza como parte de su batalla cultural. «Solo nos mandaron los trolls para atacar la iniciativa», sueltan desde el club.
En un acto conducido por el prosecretario Alejandro Veiga, el club homenajeó y reivindicó a tres hinchas y socios desaparecidos por primera vez en su historia. Es un modo de reparación que años anteriores habían realizado otros clubes como Racing, Banfield, Argentinos, Gimnasia y Esgrima La Plata, Rosario Central, Huracán, entre otros.
La batalla cultural: Milei aprovecha el 24 de Marzo para fidelizar el voto pro dictadura
«El club quería reparar a las familias de la violencia imbécil perpetrada en la última dictadura», dijo Veiga. Y agregó: «Si Boca fuera una sociedad anónima, este acto no habría podido realizarse». La ovación después de esa frase fue estruendosa. No hubo que nombrar a Milei ni a Macri para sentir el rechazo a la posición que los une a favor de las SAD.
Entre quienes defendían y celebraban la iniciativa estuvieron las familias de Benjamín Isaac Dricas, desaparecido el 21 de agosto de 1976; y la de Daniel Lázaro Rus, desaparecido el 15 de julio de 1977. La de José Luis Lucero, desaparecido el 20 de marzo de 1976, no pudo asistir por razones de salud.
Pero no fue solo Boca. Esta semana, River también organizó un acto para rendirle tributo a 14 socios desaparecidos y una socia desaparecida. Quien lo organizó fue la comisión de Derechos Humanos (Rodrigo Daskal y Gabriela Cenóz), con una participación activa del secretario general Stefano Di Carlo, uno de los posibles sucesores del actual presidente Jorge Brito.
El otro posible sucesor, Matías Patanian, vicepresidente de River y de Aeropuertos Argentina 2000, se mantuvo a una prudente distancia del evento. No extrañó demasiado: es uno de los enlaces de Milei con River y con el fútbol en general. Se conocen de las reuniones de cuadros gerenciales de la Corporación América, de Eduardo Eurnekian.
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