Isaías Caballero, el influencer acusado de estafar a sus vecinos de un country de Berazategui, fue detenido en Ezpeleta tras un mes de intensos operativos para dar con su paradero. Fue capturado en la casa de un que estaba bajo vigilancia y en la que se vendían drogas, según indicaron fuentes policiales.
El joven de 23 años era señalado como autor de una estafa piramidal a partir de un esquema Ponzi, en una causa investigada por el fiscal Ariel Rivas, de la UFI 1 de Quilmes.
Los afectados aseguran que Caballero los habría estafado por 1000 millones de pesos. En sus redes sociales, el joven decía que el dinero invertido en billeteras virtuales se duplicaría en un plazo de 15 a 20 días. Todo era falso y con el correr de los días se supo que el influencer ni siquiera tenía conocimientos sobre “trading”.
Días después de que se diera a conocer el caso, alrededor de 100 vecinos se presentaron en la puerta del country Barrancas de Iraola para exigirle una respuesta a Caballero, quien tuvo que ser sacado de la vivienda por efectivos policiales.
Teñido de gris y en casa de un amigo: así cayó el influencer acusado de estafar a los vecinos
Aunque estuvo algunas horas demorado, fue puesto en libertad y ante el avance de la investigación, la fiscalía pidió su detención, que ocurrió este lunes. “Isapoki”, como lo apodan, tenía el pelo teñido de gris y venía cambiando sistemáticamente de casa para evitar ser capturado.
Fuentes de la causa indicaron que uno de sus socios también fue arrestado acusado de ser partícipe del mismo esquema piramidal. Ambos serán indagados en las próximas horas. La investigación tiene un prófugo: Sebastián Caballero, hermano del influencer.
En la pesquisa se pudo comprobar que “Isapoki” tenía más de 60 cuentas a su nombre, en donde movía dinero por más de 16 millones de pesos.
“Les pido que tengan paciencia. No me voy a quedar con la plata”, había asegurado en un video que difundió a través de Instagram en un intento por justificar los retrasos en los pagos.
La frase fue suficiente para que una decena de perjudicados llegara a la puerta del barrio privado Barrancas de Iraola, donde se había mudado Caballero, para exigirle una respuesta.
Sin ningún tipo de conocimiento de finanzas y mucho menos un lenguaje afín, Caballero se presentaba como “trader” y tenía varias cuentas en las que, supuestamente, “ponía a trabajar” el dinero de los inversores con criptomonedas en plataformas similares a Rainbowex. Al principio los retornos existían, pero con el correr de los meses se hizo insostenible, como cualquier esquema Ponzi.
“No estoy tirando millones para todos lados porque estoy cuidando el monto. Estoy tratando de sacar a la gente que tiene más días. Ustedes colabórenme porque, si no, esto es un quilombo. Esta semana supongo que me van a devolver las otras cuentas. Solo me devolvieron una, como saben, que es una china”, decía Caballero en aquella grabación.
“Hace cuatro días que estoy pagando. Me devolvieron una cuenta, como saben, pero no se alteren”, afirmaba entonces, y desafiaba a quienes reprochaban su accionar. “Me canso de ver las boludeces que están hablando. No se alteren”, dijo también.
El 18 de noviembre, más de 100 personas llegaron a la entrada del country Barrancas de Iraola para exigir explicaciones. Tiraron piedras contra la garita de seguridad, hubo autos dañados y ventanas rotas. En un intento por calmar la situación, la policía permitió que dos personas ingresaran a la casa de Caballero para dialogar.
Una de las damnificadas que logró entrar le entregó una lista con los nombres de los perjudicados y le exigió que realizara las transferencias pendientes. Horas después, el influencer fue escoltado por la policía hasta la comisaría, pero quedó en libertad rápidamente.