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RADIO32 SOMOS TU VOS
En el mercado va creciendo el consenso de que el dólar está atrasado. Lo aseguran las principales consultoras, economistas y asesores financieros, los papers de los bancos de inversión de Wall Street y, aunque nunca lo oficializaría, los tecnócratas del FMI que tienen diálogo con referentes económicos de la Argentina.
La crítica más suave que le hacen al ministro de Economía, Luis Caputo, es que equivocó los cálculos cuando se devaluó la moneda días después de asumir. Llevaron el dólar oficial de $366 a $800. «Se quedaron cortos», aseguran los economistas más escuchados de la city. Varios trabajan para las principales empresas exportadoras, que abogan por una nueva devaluación, la agroindustria incluida.
Fuentes cercanas a la Casa Rosada admiten que una de las razones por la que despidieron al textil Teddy Karagozian fue que era incompatible su rol de integrante del Consejo de Asesores Económicos y a su vez lobbista pro devaluación.
A la industria petrolera tampoco le disgusta la posibilidad de una nueva «devalueta», ni tampoco a los capos de la industria siderúrgica, todos sectores a los que les vendría muy bien la baja de costos laborales que provocaría.
El presidente Javier Milei y Caputo están al tanto de esas movidas, y las rechazan de plano. «Quieren que todo vuele por los aires, cuando tenemos controlada la inflación y las cuentas públicas», retrucan integrantes del equipo económico. «No vamos a devaluar», dijo por enésima vez el ministro de Economía. «Entonces será difícil que entren dólares», le retrucan desde el sector privado.
Las tensiones se agudizaron tras la fatídica conferencia de prensa sorpresa que brindaron Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, para hacer «anuncios». El mercado esperaba algunas precisiones sobre el cepo cambiario. No hubo nada de eso. Los funcionarios anunciaron la fase dos del programa cuyo eje es limpiar la deuda del Banco Central y pasarla al Tesoro. A partir de ahí todo fue tensión con los mercados, que exigían definiciones sobre el dólar.
«Si aviso cuando voy a levantar el cepo cambiario los exportadores dejarán de liquidar y los importadores saldrán a comprar todo lo que puedan, es inviable», explicó Caputo cuando tuvo que salir a las apuradas a dar entrevistas para tratar de llevar tranquilidad. Era tal la necesidad de tratar de aclarar, que un domingo terminó dándole una nota a un programa «deportivo».
Igual, el ministro de Economía se sigue ganando la confianza presidencial. Milei le elogia sobre todo la pelea que «Toto» está dando contra los «devaluadores seriales». Acaba de anunciar que el primer semestre terminó con superávit fiscal.
Como anticipó en su momento iProfesional, uno de los datos de aquella conferencia que cayó peor en los bonistas fue que Bausili haya anticipado que se perderían u$s 3.000 millones de reservas en el invierno. «Tal vez u$s 4.000 millones», dijo.
En junio el Banco Central terminó con saldo negativo en sus intervenciones. En lo que va de julio el panorama sigue igual, pero se sumaron pagos fuertes de vencimientos de deuda con bonistas y con el FMI. Este jueves la autoridad monetaria concretó la mayor venta de dólares en lo que va del mes (u$s62 millones). Las reservas están en torno a los u$s27.600 millones, y las netas se ubicarían en u$s 2.000 millones negativas. Es decir, se vuelven a utilizar depósitos de ahorristas.
El kirchnerismo aprovecha y mete ruido. El jefe del gremio bancario y diputado nacional Sergio Palazzo presentó un pedido de informes para que el Banco Central brinde información sobre supuestos envíos de lingotes de oro al exterior. Cierto o no, hace ruido. Se sabe que cuando hay que apelar a las reservas de oro, la situación es delicada.
En este escenario, fue clave el resultado de la negociación con los bancos por los puts: el Banco Central anunció la recompra de casi el 80% de los seguros sobre títulos públicos que las entidades financieras tenían en su poder.
El jueves las acciones de bancos argentinos en Wall Street registraron caídas de hasta casi 6%, igual que el miércoles. También hizo ruido entre las entidades el «tono imperativo» del comunicado de la dupla Caputo-Bausili.
«Se jactan de que esto es voluntario, pero el tono pareció una imposición», dijeron cerca de una entidad financiera de peso en el negocio de los bonos.
Mieli bajó la orden de que el tema de los puts se termine esta semana. El acuerdo fue importante, porque si no hubiese sido una derrota política luego de que instaló el tema en la agenda mediática de las últimas semanas.
Economistas como Marina Dal Poggetto, de EcoGo, hacen notar, por si hiciese falta, que la operación se trata del traspaso de una deuda de una entidad a otra (BCRA al Tesoro), y critican que el Gobierno lo intente presentar ante la opinión pública como si se bajara deuda.
El escenario al viernes último era complicado. El dólar blue se disparaba sin freno a la zona de los $1.500, y un camino similar recorrían los dólares financieros, que se acomodaban por encima de los $1.400. Caputo salió a frenarlo como pudo. Lunes y Martes la disparada amainó. Pero el miércoles se recalentó otra vez. La volatilidad es alta, con una fuerte caída en la cotización de los bonos que llevó el riesgo país a la zona de los 1.600 puntos.
Hay consenso entre los especialistas en pedirle a Caputo que termine con el dólar blend, por el cual los exportadores ya lograron liquidar unos u$s 10.000 millones a través del contado con liquidación. Sostienen que si esos fondos hubiesen ido a las reservas del BCRA otra sería la situación. El ministro de Economía dice que el esquema que le permite a los exportadores liquidar a precio CCL seguirá, pero hay dudas sobre qué ocurrirá a partir de agosto.
Y desde ya todos los dardos están dirigidos al «crawling peg» de 2% mensual de depreciación del peso. «Es inviable», sostienen en la city, al advertir que ya perdió por goleada contra los precios, aunque la inflación, como confían en el Gobierno, dé por debajo del 4% en julio. Los precios mayoristas subieron solo 2,7% en junio. Buena señal de que el costo de vida retrocederá.
«La brecha cambiaria seguirá bajando», auguran en el equipo económico. El problema es que se les disparó al 60% y luego solo bajó al 40%. El mercado de divisas cree que no hay mucho más margen para que siga descendiendo.
Analistas sostienen que lo que el Gobierno presentó como una medida para que no crezca la cantidad de pesos de la base monetaria, en realidad se trata de mayo intervención. Algunos economistas liberales alejados de Milei hasta hablan del «regreso del intervencionismo kirchnerista».
Además, consideran errada la percepción de Caputo respecto de no brindar más precisiones sobre el plan para el cepo. Aseguran que le percepción de que el Gobierno deberá devaluar a un ritmo mayor ya está instalada, y que eso se nota en el hecho de los importadores están acelerando operaciones y los exportadores dejaron de liquidar divisas.
Para los economistas de línea heterodoxa, como los de FIDE, el Gobierno está interviniendo casi directamente sobre la brecha cambiaria.
En lo que hay coincidencia es que con una brecha del 40% es imposible ir hacia una unificación cambiaria, porque sería una devaluación lisa y llana, ya que en esos casos el mercado termina convalidando la cotización del dólar cerca del nivel más alto. A precios de hoy rondaría los $1.450. Tampoco se comparte el «ultimátum» para terminar con la emisión monetaria. Sostienen que la bibliografía económica aconsejada hacerlo en forma gradual.
Para Milei todas estas elucubraciones no son más que «ignorancia». «Es muy pobre la discusión que da la profesión», asegura el Presidente, cuando martiriza a sus colegas economistas.
En los hechos, se coinciden en que Caputo-Bausili aprovecharán el momento y seguirán comprando barato lo que se liquide a dólar oficial y vendiendo caro en el CCL, lo cual dejará buenas ganancias al Tesoro, ya que es difícil que esos fondos queden en el Banco Central.
La meta es mantener a raya la inflación, porque eso está dando rédito político. El último sondeo de la consultora de Cristian Solmoirago arrojó que la mitad de la población aún le abre crédito a Milei, y que lo que más destacan es que haya bajado el costo de vida tras dispararse al 25% en diciembre último.
Un problema para los planes del Gobierno sería que ganara consenso en el mercado la idea de que el crayling peg es insostenible, porque también le pegaría en la línea de flotación a los precios, sobre todo los que tienen altos componentes importados.
Para expertos de la Universidad CEMA, el canje de pases por las Letras de Regulación Monetaria (LEFI) llevará a más retraso cambiario. No solo eso, sino que también piden mirar la cuenta corriente del comercio exterior, donde podría incrementarse la deuda con los importadores.
Algunos coinciden con la lectura que realiza la expresidenta Cristina Kirchner cuando sostiene que el gran problema es el faltante de divisas, y no la emisión monetaria. «Es el problema más grande, y se seguirá agravando», aventuran los economistas heterodoxos de la UBA, como Guido Lapa y Pedro Gaite.
De esa fuente suele nutrirse Cristina Kirchner, quien sigue teniendo como principal asesor económico a Axel Kicillof. «La falta de dólares es el verdadero problema y se va a seguir agravando», advierte el kirchnerismo.
En el Gobierno adjudican esas «operaciones» a la necesidad que tiene la oposición de «hacer daño». Y recuerdan que la idea de los puts fue adoptada durante la gestión de Alberto Fernández. «Nosotros venimos a terminar con esta operatoria que no debió haber existido, y de paso cerraremos el grifo de la emisión monetaria», promete Milei. Esta semana se sabrá si los bancos acompañaron la estrategia.
Escrito por E-GRUPOCLAN
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