Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la causa más importante de muerte en el mundo, con prácticamente el deceso de 20 millones de personas al año. Se trata de un problema de salud de primera magnitud que en gran medida, se puede prevenir, según señala José Ramón de Berrazueta, académico de la Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranme) especializado en Cardiología.
Según datos de la Fundación Española del Corazón, la principal causa de los fallecimientos es el infarto de miocardio que representa más del 50% de la mortalidad cardiovascular total, seguido de cerca por el ACV, que causa aproximadamente un tercio de la misma. La buena noticia es que el infarto se puede prevenir evitando el tabaquismo y una mala alimentación. Pero la clave es hacer actividad física.
El simple hábito de practicar ejercicio físico de intensidad moderada regularmente, como pasear a buen ritmo entre 30 y 60 minutos diarios, es clave para prevenir el sobrepeso, la obesidad y, en particular, la obesidad abdominal, situaciones que pueden conducir a la alteración de varios parámetros del organismo, al desarrollo del síndrome metabólico y, por lo tanto, de distintas enfermedades cardiovasculares.
El ejercicio que más efecto positivo tiene en el corazón
Según los datos del estudio Attica, liderado por Stefanos Tyrovolas, del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, Fundació Sant Joan de Déu y del Cibersam y publicado en la revista British Medical Journal, los hombres y mujeres que realizaban ejercicios de fuerza y estaban más musculados y tenían hasta un 81% menos de probabilidades de sufrir un infarto o un derrame cerebral, en comparación con los que tenían una masa muscular baja.
El objetivo de este estudio era evaluar la relación entre la masa muscular esquelética y la incidencia de enfermedad cardiovascular (ECV) a 10 años en adultos de 45 años o más sin Enfermedades cardiovasculares (ECV). En el estudio, también entraron en juego otros factores como la dieta, los ingresos, la educación y la actividad física. En base a este estudio, se puede decir que el entrenamiento de fuerza no sólo es beneficioso para la protección de las articulaciones sino que también tiene un efecto muy positivo en la prevención del infarto de miocardio.
Cómo hay que entrenar para proteger el corazón
La recomendación de José Abellán, cardiólogo intervencionista en el Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena en Murcia es:
- Hacer 2-3 días de entrenamiento de fuerza.
- Hacer 2-3 sesiones de ejercicio aeróbico.
Esto es el mínimo y se pueden combinar la fuerza y el aeróbico en una misma sesión de entrenamiento. Además, Abellán recuerda la importancia de mantenerse activo durante todo el día, evitar largos periodos de tiempo sentados, caminar más cada día y cuidar la alimentación porque también es importante. El especialista Roberto Martín Asenjo, vocal de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología recuerda la importancia de:
- Reducir el consumo de bebidas azucaradas y jugos de fruta. Tomar agua o jugos no azucarados.
- Evitar el consumo de sal.
- Evitar alimentos industriales y procesados.
- Sustituir los dulces por fruta fresca como alternativa saludable.
- Intentar incluir en la dieta 5 porciones de frutas y verduras al día.
- Evitar fumar.
- Hacer controles periódicos.