El cine y la literatura nos vienen mostrando un futuro con robots hace décadas. Creaciones superinteligentes que podrían ayudarnos en nuestro día a día. Y parece que la realidad –o al menos las intenciones de algunos popes de Silicon Valley– está acompañando.
Hasta ahora lo que pudimos ver, con avances espectaculares, son los algoritmos generativos a lo GPT o DALL-E. Productos que pueden generar texto, imágenes o video a nuestro pedido. Pero nada sale de la virtualidad de nuestros dispositivos… al menos por ahora.
Y digo por ahora porque muchas de las grandes empresas que están corriendo la carrera de la inteligencia artificial están en la misma: buscando crear robots que excedan el mundo virtual para estar al lado nuestro, en el mundo físico.
Meta y la mano que puede “sentir”
Meta es una de esas empresas. Hace días, de hecho, se anunció un acuerdo con la compañía de sensores GelSight y la de robótica surcoreana Wonik Robotics. La finalidad del acuerdo es crear una mano que pueda “sentir” el tacto.
El producto se llama Digit 360 y es una mano robótica con “una punta de dedo táctil con capacidades de detección a nivel humano”.
El dispositivo estará enfocado en que sea utilizado por científicos y desarrolladores para mejorar los algoritmos inteligentes. Desde Meta explican que la intención es que se use para que sus IAs puedan “aprender sobre el mundo con mayor detalle” y “comprender y modelar mejor el mundo físico”.
OpenAI quiere lo propio
OpenAI no se queda atrás. Esta semana se concretó un pase entre empresas que revela sus intenciones. La jefa de la división de Meta que desarrolló las gafas de realidad aumentada junto con Ray-Ban, Caitlin Kalinowski, se fue a OpenAI para intentar llevar sus algoritmos inteligentes al mundo real.
Kalinowski lo anunció a través de una publicación en su cuenta de LinkedIn y X: “En mi nuevo rol inicialmente me enfocaré en el trabajo y los partnerships de OpenAI para ayudar a llevar la IA al mundo físico y desbloquear sus beneficios para la humanidad”.
El caso de Physical Intelligence
A eso se le suma la inversión que hicieron tanto OpenAI como Jeff Bezos y otros grandes renombres del mundo tecnológico en Physical Intelligence, una compañía que tiene la intención de desarrollar un software que funcione “para todo” eliminando la necesidad de tener que hacer desarrollos particulares para cada tarea que una inteligencia artificial robótica tenga intención de resolver.
El software en el que está trabajando la compañía se llama pi-zero y utiliza datos que son tomados tanto de algoritmos propios como a partir de otros de código abierto para lograr crear una base de conocimiento que logre englobar a las interacciones físicas más comunes.
Karol Hausman, CEO y uno de los fundadores de Physical Intelligence, que trabajó anteriormente en Google, explicó que uno de los pilares de su empresa es crear un “verdadero generalista”, un tipo de software que le permita a los diferentes robots cambiar de tarea sin tener que hacer ajustes específicos.
Está claro que por ahora no se tratan más que de pruebas. De investigaciones para ver si dan con la mejor manera de poder hacer que lo que hoy está en la virtualidad pase a nuestra realidad. Hay que ver todavía quién lo logra.