Cristina Kirchner estaba exultante el miércoles. Teléfono en mano, pedía a su gente repercusiones y opiniones del intempestivo anuncio de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, dos candidatos para la Corte Suprema.
Definitivamente no se esperaba que Javier Milei moviera la estructura del Poder al que ella más intentó percudir, aunque menos éxito tuvo en esa misión. Parece de otro mundo ya pero apenas el año pasado funcionó la comisión para enjuiciar y destituir a los tres objetos de su desprecio: Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Carlos Maqueda, los magistrados que diseñaron una mayoría que ella siempre sintió adversa.
Maqueda, se sabe, cumplirá 75 años en diciembre y le correspondería su jubilación excepto el caso de que pidiera una postergación avalada por el Presidente y después, el Senado. Ya sabía el juez que eso no iba a suceder, pero nunca imaginó que le anuncien su jubilación nueve meses antes sin aviso previo y con un comunicado oficial.
Ahora, en una lotería del destino, Milei le entregó a Cristina la llave para dañar profundamente a los cortesanos. Con los 33 senadores del peronismo conforman la primera minoría imprescindible para lograr que los nuevos candidatos del Gobierno consigan los dos tercios para acceder al Máximo Tribunal. ¿Usará esa llave Cristina? A su alrededor se sonríen y temen a la vez el modo en que la ex Presidenta se encandila con la audacia del Presidente. Ella, que se enteró de la jugada por los diarios -al igual que Victoria Villarruel-, se tienta con la posibilidad de dar esos votos. No puede evitar mostrar la admiración que le produce que Milei no tenga miedo.
Los dos postulados por el Gobierno son Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, el académico decano de la Universidad Austral, con una firme posición antiaborto, por ejemplo. La buena voluntad kirchnerista parece por ahora digerir solo a Lijo -el juez que mandó a juicio a Amado Boudou-, a pesar de lo polémico que puede resultar proponer a un penalista tan empastado de la coyuntura político judicial de los últimos 20 años.
El vínculo Javier Milei – Ricardo Lorenzetti
Hay que detenerse en Lijo para comprender el sendero de este anuncio. Y sobre todo hay que mirar a Ricardo Lorenzetti, el cuarto miembro de la Corte, el expresidente del Tribunal que desde que perdió ese poder a manos de Rosatti, trabajó incansablemente para recuperarlo. Lo sabe bien Alberto Fernández que lo recibía cotidianamente y escuchaba sus reclamos pero también le pedía que vehiculice sus inquietudes, sobre todo las que tenían que ver con las causas de interés de Cristina Kirchner. Lo saben, sobre todo Maqueda, Rosenkrantz y Rosatti que supieron temprano que, rápido de reflejos, Lorenzetti se encargó de acercarse a Milei hace casi un año cuando poca gente creía que podría ser Presidente. Se sabe que el libertario valora esos gestos y a pesar de que le aburren los tecnicismos judiciales, lo escuchó.
Durante el último año, el vínculo Lorenzetti – Milei fue directo. Creció en paralelo a la relación que Cuneo Libarona nutrió con el resto de los jueces de la Corte. Lorenzetti visita al Presidente en la quinta de Olivos, no hay intermediarios entre ellos. A pesar del fastidio que puede producirle a Milei, entendió rápidamente que sus proyectos de transformación estructural del Estado, no prosperarán si no le presta atención a la cúpula del Poder Judicial. Una lección que le dejó la experiencia de Carlos Menem que amplió los miembros de la Corte para construir su mayoría. Él sueña con construir la propia ahora.
La jubilación de Maqueda y la trama secreta del proyecto del Gobierno para la renovación de la Corte
Es martes y están sentados a la mesa los cuatro integrantes del Máximo Tribunal. No hay en agenda de acuerdo ningún tema relevante. Antes de despedirse, Lorenzetti le pregunta a Rosatti: “Vas hoy a la Casa Rosada, ¿no?”. El Presidente del Tribunal le contesta que sí, claro. Ya está anunciada una gran reunión junto al ministro de Justicia para hacer anuncios sobre cambios procesales en Rosario a partir de la guerra narco. Nadie menciona anuncios de nuevos candidatos. Maqueda ni lo piensa. Pocas horas después sabrá que su suerte está echada. El texto del decreto que publica en el Boletín Oficial el Gobierno es similar a uno que el propio Lorenzetti había hecho circular entre los magistrados en una reunión de temas administrativos. Es el que aclaraba la normativa para tramitar la jubilación o el pedido de prórroga. Tenía a Maqueda de destinatario y establecía que, si no se pedía seguir un año antes de la cumplir los 75 años, se perdía la posibilidad de gestionar la continuidad. Fue apenas un borrador que retiró después de mostrarlo. Y es exactamente igual al texto que ahora sí, salió publicado en el Boletín Oficial.
No hay manera de convencer a los jueces de la mayoría de la Corte que Lorenzetti no es el autor también del comunicado de la Oficina del Presidente que anunció la postulación: “El Poder Ejecutivo expresa su gratitud (hacia el Dr. Maqueda) y resalta su extensa trayectoria en los Tres Poderes del Estado Nacional y en la provincia de Córdoba”. Pura maliciosidad.
Lo cierto es que faltan nueve meses para esta jubilación. La mayoría actual puede desde acá hasta fin de año, enredar a niveles cósmicos las aspiraciones del Gobierno. En el primer piso de la Casa Rosada creen otra cosa. Que les mandaron infinitos mensajes de que intervengan a su favor en las demandas contra el DNU y que ellos sólo contestaron con respetar los tiempos de la política. “Le vendieron que esta mayoría le iba a voltear el DNU y le iba a bloquear todas las reformas. Ahora puede ser la profecía autocumplida”, sostiene un caminador profundo del Poder Judicial. En agosto o septiembre definirán el nuevo Presidente del Tribunal. Lorenzetti, claro, lo sabe.
¿Las provincias apoyan?
Como publicamos la semana pasada, hay 24 demandas de las provincias a la Nación. ¿Cómo jugarán los Gobernadores? Está a mano de esta mayoría la posibilidad de sacar una resolución exigiendo que Nación cumpla con el fallo a favor de la Ciudad de Buenos Aires por el traspaso de fondos de Provincia, que el Tribunal anuló. Nadie cumplió ese fallo todavía. Esa plata se la está quedando el Tesoro nacional.
Jorge Macri espera ansioso esa firma. Tiene un acuerdo político de esperar hasta abril, pero están dejando de cerrarle los números. El ejemplo aplica en muchos otros casos. ¿Cómo será la dinámica de esta pugna? Es muy incierto para saber todavía.
Alerta en un focus group
El Gobierno sabe que la jugada en la Justicia no permea el interés social. Se parece más a una partida de la casta política que a la agenda libertaria.
Hace dos semanas un focus group les encendió una alerta: “Nosotros nos sacrificamos, pero ustedes hagan algo”. La famosa gestión, que les endilga Mauricio Macri.
Ese llamado de atención aceleró una serie innumerable de anuncios que no tienen solo que ver con la ineficacia del funcionamiento del Estado que ellos encontraron sino con acciones más concretas. Así apareció la pelea personal de Luis Caputo contra los precios, la difusión de buenos resultados macroeconómicos, las conferencias de prensa con anuncios de Patricia Bullrich y Luis Petri, la aceleración de los detalles de la Ley de Bases y el DNU de la movilidad jubilatoria. La carrera por ganar tiempo y contener el sacrificio social se poblará de capítulos en estos próximos días. Si no, como dice un operador experimentado, sería “solo circo, sin pan”.
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