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RADIO32 SOMOS TU VOS
En Astrología, los doce signos de la rueda zodiacal se dividen en cuatro elementos: fuego, tierra, aire y agua. De esta división podemos obtener algunas características fundamentales que nuclean a los signos por sus semejanzas y sus diferencias.
Los signos de fuego son Aries, Leo y Sagitario, y cada uno de ellos representa una modalidad de este elemento:
Aries es el fuego cardinal: la llama inquieta que borra la oscuridad e ilumina un espacio. En nuestro código astrológico, es el que inicia los ciclos zodiacales. Aries es movedizo, impulsivo, enérgico y contagioso.
Leo es el fuego fijo: después de tanto movimiento, necesitamos establecernos e iluminar de manera consistente para que el calor no se disipe. Leo es irradiante, líder, constante e inspirador.
Sagitario es el fuego mutable: como el de una vela, que puede trasladarse. De hecho, viajar y conocer otros lugares le encanta a la energía sagitariana. Sagitario es optimista, aventurero, arriesgado y explorador.
Las cualidades elementales del fuego lo definen como seco y cálido.
Estas son las predicciones para el 2024 para los signos de fuego. – Créditos: Valentina Bussi.
Como podemos deducir de lo anterior, las personas con suficiente energía de fuego son, por lo general, expresivas, entusiastas, audaces, valientes, autoafirmadas, vitales y apasionadas.
Si estás conectada con este elemento, tu hacer es desde la intuición y desde el impulso de ir por lo que deseás. Sos resuelta y vas empujando al resto a ponerse en acción. Sos muy vital, exudás energía explosiva y llamás la atención. Tus emociones más frecuentes son la pasión, el entusiasmo, la ambición, la impaciencia, la rabia, la ansiedad y la competitividad. Desde los pensamientos, tenés facilidad para conectarte con el futuro a través de visiones muy claras. Además, tu forma de expresarte contagia entusiasmo. En el cuerpo, esta energía se nota en la predisposición a ir siempre para adelante, con la mirada en el objetivo, los músculos tensos y la mente enfocada.
Pero no es necesario tener el Sol en Aries, Leo o Sagitario: los otros planetas personales, el signo Ascendente o el Mediocielo también pueden darte estas características.
En cambio, cuando la energía de fuego está relegada ante las de tierra, aire y agua, hablamos de fuego carente. En Astrología nada es una sentencia: todo puede enriquecerse, trabajarse y compensarse a través de la búsqueda consciente del equilibrio.
Las personas con fuego carente pueden encontrar dificultades para expresar (e incluso para conocer) su voz propia, confiar en su criterio, sentir entusiasmo o dejarse llevar por las pasiones.
En el cuerpo, se percibe como falta de vitalidad, tendencia al sedentarismo y al frío corporal. Se puede compensar tomando sol, entrenando, incorporando alimentos calóricos y proponiéndote pequeños desafíos diarios para fortalecerte.
Según cómo se balanceen los otros elementos, pueden ser gente extremadamente realista y prudente, sumamente lógica y racional o excesivamente sentimental y emocional.
Lo que buscamos en Astrología es el punto de equilibrio, por lo que es interesante pensar en potenciar las características positivas con las que contamos y trabajar en incorporar las que nos faltan. Por esto, la compañía de personas con cualidades de fuego puede servirnos de inspiración y de guía.
Predicciones 2024: así será el año que viene para los signos de fuego, Aries, Leo y Sagitario
Por otra parte, la cara opuesta de la falta de equilibrio de la energía de fuego es su sobreabundancia, que puede manifestarse en forma de agresividad, adicción a la adrenalina, egocentrismo o egoísmo e imprudencia.
En el cuerpo, se puede percibir como el famoso burnout o “estoy quemada”, porque gastás toda la energía demasiado rápido y después quedás de cama. También van a estar presentes el calor corporal y la inflamación. Lo podés compensar conectándote con la tierra (el elemento opuesto y complementario del fuego).
El equilibrio se aprende y es flexible: no vamos a encontrarlo a lo largo de toda la vida de la misma forma. Es probable que en algún momento necesites trabajar en tu capacidad de liderazgo, en otro momento, en tu iniciativa y, en otro, alimentando o aplacando tu sed de aventuras.
La contemplación de una llama es, quizás, el ritual más antiguo que la Humanidad conoce, y es ideal para equilibrar la energía de fuego. Su visión, su calor y la luz que emanan son fuente de confort y posibilitan que sigamos viviendo, gracias a su influencia en la temperatura corporal y a la capacidad de cocinar los alimentos. Pero, además, el fuego puede ser un alimento para el alma: si nos concentramos en seguir con la vista una llama, vamos a entrar poco a poco en un estado de calma e incluso de meditación.
En esos momentos, podemos pedirle a la llama que nos muestre, a través de las sensaciones físicas o los recuerdos que evoca, qué necesitamos intensificar y qué sería conveniente aplacar para entrar en consonancia con la energía vital.
Para cerrar el ritual con el elemento fuego, podemos apagar la vela cuando lo sentimos necesario y a continuación hacer algunos movimientos vigorizantes, siempre al ritmo que nuestro cuerpo nos lo dicte, acompañados por afirmaciones positivas; por ejemplo: “soy valiosa”, “puedo expresarme”, “confío en mi fuerza”, “soy valiente e inspiradora”, “mi voz personal es única”.
Verónica Barrionuevo Es una astróloga argentina egresada del Centro Astrológico de Buenos Aires. En las redes sociales es @traducirelcielo. Integra el AstroSquad de OHLALÁ!, donde crea contenido sobre la disciplina, desde 2022.
Escrito por E-GRUPOCLAN
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