A casi seis meses del comienzo de Cuestión de peso (eltrece), los participantes empezaron a notar “las huellas de la obesidad”. En una charla grupal manifestaron su preocupación al respecto y Melina expresó: “Me siento como un globo desinflado”.
“Hoy que ya bajé 40 kilos, me estoy empezando a notar más colgajos. En la parte que más los estoy notando es en los pechos. Tengo las lolas desinfladas como cuando se desinfla un globo”, dijo la participante.
Acto seguido, reparó en la llegada del verano. “¿Qué va a ser de mí el día de mañana si me quiero poner una bikini, que es algo que a mí me encanta y yo disfruto? ¿Cómo lo voy a afrontar teniendo un cuerpo flaco pero con colgajos?”.
“Yo siento que estoy dispuesta a seguir bajando, pero no sé qué tanto me voy a poder bancar la mirada ajena con respecto a todo lo que me va a quedar”, expresó preocupada.
La reacción de los participantes de Cuestión de peso al escuchar la preocupación de Melina
En la misma sintonía, Marcelo agregó: “Yo no soy gordo de piernas y brazos, soy pura panza. Entonces, por el peso que estoy perdiendo, es como un globo que se desinfló y quedó todo arrugado. Y también me trae muchas inseguridades esto de los colgajos. Siento que es como una manta que me cuelga y es incómodo”.
“Ahora viene el verano y yo no quiero saber nada de sacarme la remera porque no me imaginé encontrarme con este problema. Yo pensé que con mucho menos kilos iba a sentirme mejor y me gané una nueva inseguridad”.
A su turno, Jonathan coincidió: “Es la primera vez que me pasa de tener la panza flácida. Yo siempre tuve la panza normal, rígida y ahora se mueve como un flan. Ayer verme correr en la cinta me dio mucha vergüenza. Es contradictorio porque, por un lado, estaba lleno de orgullo de que estoy logrando un objetivo, pero por otro, mis pechos se movían. Creo que en parte visualmente nos vemos feos porque una cosa es estar gordo y otra es estar flácido”.
Si bien, Leandro coincidió con sus compañeros en las sensaciones, remarcó: “Hoy llegaba tarde y pegué un trote. Por primera vez escuché los aplausos y me sentí mal. Pero prefiero tener esto colgando y no estar más gordo y pensar que al otro día me puedo morir. Creo que pesa más eso que los colgajos”.
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